
Buenas a todos
Otro Domingo salpicado por la lluvia y la inestabilidad climatológica, aqui en el norte algo muy común que nos hermana, aunque sólo sea por afinidad climática con los habitantes de las Islas Británicas. En esas estaba yo dándole vueltas a lo parecido de nuestro clima, mientras mi hija insistía e insistía en enseñarme sus dibujos, "¿está bonito, verdad?", " si cariño, precioso".

La cosa es que alternaba esos pensamientos con los derivados del VANWALL de automodelismo, reconcomiéndome con la presentación en esa urna de pichiglás, y diciéndome a mi mismo que Moss no se merecía esa afrenta, por momentos un sandwich de nutella ocupaba mi mente, ya sabéis, todas esas cosas irrelevantes que son fruto del aburrimiento. La cosa es que ya tenía como objetivo dominical, al menos, ver algunas vueltas de la prueba de Talladega(NASCAR)y si era posible al final de la tarde ver como terminaba la prueba más espectacular del campeonato SPRINT CUP.

Yo hace años que no dibujo, y eso se nota, la poca habilidad que atesoraba, se ha difuminado con la falta de práctica, pero con Moss, Tarufi, Farina, Fangio y Behra en la cabeza (acababa de leer un artículo sobre la carrocera Touring y eso me enviaba constantemente a la Mille Miglia)empecé a trazar líneas con un lápiz que le había robado a mi hija, de tal manera que cuando me di cuenta tenía a 3 intrépidos pilotos de los de verdad, o algo que me evocaba a esos mitos, sobre el papel. Son tan sólo 4 rayas, pero al ver el final de la carrera de Talladega y ver como Randy Newman volaba literalmente con su coche a más de 300km/h chocaba contra el muro atravesaba el asfalto y volvía a volar sobre la hierba del circuito de Alabama, pensé en todos esos pilotos míticos, pensé en que estaban hechos de una pasta especial, y que quizá no se diferenciaban tanto de estos locos americanos que circulan por un óvalo a más de 300 por hora, o de cualquiera de los que en un momento de su vida se monta en un trasto de infinitos caballos y hace de esto su forma de vida. Por eso me dije, coño, se merecen un pequeño homenaje, aunque sea en carboncillo.
Randy Newman salió ileso, aunque tuvieron que serrar el techo del coche para poder sacarlo, fue angustioso, la verdad, pero a la vez fue emocionante.

Mille Miglia, Targa Florio, Panamericana, Goodwood, Le Mans, Daytona, Talladega, Watkins, Alcañiz, Jarama, tantos y tantos nombres, tantas carreras, tantos hombres intrépidos, maquinas increibles, tanto riesgo y tanta emoción se merecían un pequeño recordatorio.
QUE VIVAN LOS COCHES, QUE VIVAN LOS PILOTOS.