Ni James ni Sinclair, o desde ahora Aston Martin DB5 y Morgan 8 plus están casados, aunque les encantan las mujeres, se resisten a ser cazados tan pronto. Lo cierto es que rondan la cuarentena, pero no les atrae la idea de que con el matrimonio aparezcan una serie de fierecillas que acaben con lo que ellos consideran una vida perfecta, tienen sobrinos y saben de lo que hablan. No faltan affairs amorosos en su idílica vida, pero siempre se las arreglan para salir por la puerta de atrás, su máxima, NO AL COMPROMISO.

Para los que no los conocen de verdad, James y Sinclair parece que no han dado un palo al agua en toda su vida. Y puede ser cierto desde nuestro punto de vista medioburgues, pero tengamos en cuenta las regulares apariciones que hacen en las respectivas empresas familiares de las que son responsables, donde amablemente atienden a las explicaciones que semanalmente reciben de los directivos en los que delegan buena parte de la gestión.
Pero no nos confundamos, su amabilidad extrema, su eterna sonrisa, y su excelente inglés, sin ningún atisbo de acento contaminante, no les exime de mostrarse intransigentes si la situación lo requiere, a fin de cuentas, sus empresas son parte de su patrimonio, y la educación que han recibido no tiene otro objetivo primario que la conservación, precisamente, de su interesante fortuna.
Como todos los jueves James y Sinclair se dirigen al Club a jugar 18 hoyos. La partida se dilata a todos los jueves del año, exceptuando los días en los que la lluvía hace imposible la práctica de su deporte favorito. La apuesta siempre es la misma. Un coche de su colección particular.
El año pasado Sinclair arrebató a James un XK150 marfil, pero James lo recuperó en la temporada de tenis, segunda afición de esta pareja de hedonistas irreductibles.
Generalmente las temporadas acaban igualadas dado que el mejor golf de sinclair, más fino, más sutil que el de su adversario, se compensa con el tenis agresivo de su amigo James, quien presume de haber ganado a Tim Henman en su época infantil.
Pero además los dos amigos tienen sus gustos bien definidos a la hora de comprar un clásico.A Sinclair le encantan los convertibles.
A James sin embargo le gustan los coches más sólidos. No soporta tener que bajarse en medio de un aguacero a poner la capota.



Salud
Dedicado a P.G Woodhouse
PD: Tendría que haber repetido la sesión de fotos, pero la verdad, necesito vaciones.Por cierto slot from the north estará en coma durante el mes de agosto. También se toma unas vacaciones.